María de las Nieves Pérez Verdú
Directora del Observatorio de Protocolo
Constanza Business & Protocol School
Si hay un hito en este primer año de reinado del recién estrenado Felipe VI, este ha sido devolver a la monarquía a los niveles de popularidad de los que gozaba antaño. En una época donde muchas instituciones oficiales españolas no gozan de sus mejores tiempos en cuanto a la estimación que reciben por parte de los españoles, la Corona de España se presenta como una institución joven, fuerte y renovada, gracias a los primeros pasos dados por nuestro nuevo Rey. “Una monarquía renovada en un tiempo nuevo”, fueron sus palabras. Repasemos algunos de los principales hitos del primer año de reinado.
recibir a las víctimas del terrorismo. Tras ellos, han recibido a numerosas asociaciones y colectivos, tendiendo la mano a la España plural y diversa que proclama don Felipe. Como monarca, ha presidido la ceremonia de apertura del Año Judicial, su primer día de la Hispanidad acompañado por sus hijas la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, su primer discurso de Navidad o su primera Pascua Militar. Ha estado presente en actos sociales como el funeral por las víctimas del avión que se estrelló en los Alpes. También ha presidido actos culturales y deportivos como los premios de la Fundación Príncipe de Gerona, la final de la Copa del Mundo de Baloncesto en Madrid, la entrega de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España, la controvertida final de la Copa del Rey, la entrega del Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá de Henares, la entrega del premio Príncipe de Viana de la Cultura, o la entrega de los reconocidos premios Príncipe de Asturias.
Actualización del protocolo y ceremonial: Los Reyes han introducido pequeños, aunque significativos, cambios en el protocolo. Desde la llegada del nuevo Rey, se tiene acceso a más imágenes propiamente “reales”, como la escalinata del Palacio Real, los guardias alabarderos, o la ceremonia de recepción de Embajadores y entrega de las Cartas Credenciales que vuelve a lucir espléndida tras la simplificación que había sufrido en los últimos años por la salud de Don Juan Carlos.
Visitas al extranjero: Nuestro Rey, consciente de la importancia que para la economía española tiene el sector exterior, ha realizado numerosas visitas al extranjero. Su primera visita fue al Vaticano, donde Su Majestad junto a su esposa la Reina Doña Letizia fueron recibidos por el Papa Francisco. Entre otros países ha visitado Portugal, Marruecos, Francia, Alemania, Luxemburgo, Bélgica, Italia, Holanda donde fue recibido por los Reyes Guillermo Alejandro y Máxima, México donde participó en su primera Cumbre Iberoamericana como Rey, Estados Unidos donde participó en la Asamblea de la ONU, y donde recientemente ha sido invitado por el Presidente Obama, visita que sin duda ayudará a establecer y consolidar lazos con la primera potencia mundial.
Primer Viaje de Estado. Esta primera visita de estado oficial protagonizada por nuestros reyes, tuvo como escenario la vecina República de Francia. Se trataba de la primera visita de Estado realizada por la Casa Real española en cuatro años. Acompañado de una flamante Dña. Letizia, nuestros reyes fueron recibidos con los máximos honores por el Presidente François Hollande al pie del Arco del Triunfo, y D. Felipe protagonizó un momento estelar al tener el privilegio de dirigirse al Parlamento francés pronunciando un aplaudido discurso desde la Tribuna de Oradores de dicho parlamento, privilegio permitido a tan solo 18 Jefes de Estado antes que él, tal y como analizamos en una entrada anterior.
Deseamos a la Casa Real española que siga en esta línea y que los próximos años la salud de la Corona de España continúe en tan buena forma como en el último año. Según las últimas encuestas, la Corona de España ofrece al país la estabilidad que éste necesita independientemente a cambios de gobierno o inestabilidades políticas.
María de las Nieves Pérez Verdú
Directora del Observatorio de Protocolo
Constanza Business & Protocol School
Si existe un acto de singular importancia en lo que a diplomacia se refiere, ese es sin duda la Visita de Estado. Una visita de estado, es una visita oficial que realiza un Jefe de Estado, generalmente acompañado de su consorte, a un país anfitrión que le acoge durante los tres días habituales que suele durar la Visita de Estado. Se trata de visitas de estado al más alto nivel, ya que las visitas de estado no vienen protagonizadas por miembros del cuerpo diplomático, propiamente dicho, si no que en estos casos son los propios Jefes de Estado quienes asumen la representación de sus países. La visita de estado tiene lugar tras una invitación previa por parte del jefe de estado anfitrión, quien recibe en su país a su homólogo, y el propósito es potenciar las relaciones bilaterales, el comercio y los negocios entre ambos países.
La visita de Estado de nuestros soberanos a Francia tuvo un primer intento en el mes de marzo de este mismo año, pero tuvo que ser interrumpido por los tristes acontecimientos aéreos acontecidos en los Alpes, donde cincuenta españoles perdieron la vida. Finalmente ha tenido lugar los días 2, 3 y 4 de junio. La visita adquirió mucha relevancia, entre otras razones por ser la primera visita de estado realizada por D. Felipe y Dña. Letizia, y en la misma fueron acompañados por el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Una visita de Estado está siempre cargada de simbolismo. El programa se elabora con mucha antelación e incluye actos de todo tipo. Las visitas de estado habituales siempre incluyen un Recibimiento y una Cena de Gala ofrecida por el jefe del Estado anfitrión en el primer día. Visita al Ayuntamiento de la capital y/o al Parlamento o al menos a una de las Cámaras Legislativas en el segundo día, y visitas culturales que quedan reservadas para el tercer día. En esta ocasión, el programa incluía hasta quince actos diferentes distribuidos a lo largo de los tres días, y nuestros Reyes fueron acogidos con los máximos honores en dos momentos muy singulares de la visita.
El viaje comenzó con una despedida oficial a los Reyes en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, y tras su aterrizaje en suelo francés donde fueron acogidos por el embajador de España en Francia, el embajador de Francia en España y el Secretario de Estado para Asuntos Europeos del Gobierno galo. Fueron escoltados al lugar donde tendría lugar el primer acto del viaje: el recibimiento oficial a su llegada a París. Como no podía ser de otro modo, nuestros soberanos fueron recibidos por el actual jefe de Estado de la República de Francia, François Hollande, acompañado de la Ministra de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, Ségolène Royal (quien en su día fue esposa del mandatario y quien en esta ocasión estuvo presente en el acto en representación de su posición de Ministra). Fue ella quien estuvo presente por ser la ministra de mayor rango entre los ministros del actual gobierno francés). Protocolariamente hablando, aunque François Hollande es Presidente de la República, y Don Felipe es un Rey, a todos los efectos están al mismo nivel, ya que ambos actúan en calidad de Jefe de Estado de sus respectivos países. La singularidad del acto residió en que fueron recibidos a los pies del Arco del Triunfo de la capital francesa desde donde fueron escoltados por un escuadrón de la Guardia Republicana integrado por 146 caballos, a lo largo de los Campos Elíseos hasta el Palacio del Elíseo, sede de la Presidencia de la República.
Es habitual que los mandatarios de otros países en visita de estado a Francia, sean recibidos directamente en el Palacio del Elíseo, y el hecho de acoger a nuestros soberanos en el Arco del Triunfo, fue un signo de máximo honor. Solo la Decana de los jefes de Estado europeos, S.M. la Reina Isabel II, había sido recibida con los máximos honores a los pies del Arco del Triunfo. La simbología y el protocolo estuvieron presentes en todo momento. Tanto la plaza del Arco del Triunfo, como los Campos Elíseos, se adornaron con banderas de ambas naciones. Los mandatarios pasaron revista a las tropas tras escuchar con gran solemnidad los himnos nacionales de los dos países. Y como siempre es habitual en las visitas de estado, se cumplió con la ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido. A su llegada al Palacio del Elíseo tuvo lugar un encuentro entre ambos mandatarios, acompañados por miembros de los Gobiernos de España y Francia.
Por la tarde, Sus Majestades los Reyes Don Felipe y Doña Letizia visitaron la exposición “Velázquez y el triunfo de la pintura española” en el Grand Palais, acompañados por el Presidente de la República. Tras la misma, Don Felipe se reunió con el Secretario General de la OCDE, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico. Por la noche, los reyes visitaron el Palacio de Marigny para imponer condecoraciones a los participantes en las labores de rescate de la tragedia de los Alpes, y concluyeron con la cena de gala ofrecida por el mandatario francés en el Palacio del Elíseo en honor a nuestros soberanos.
El segundo día de la Visita de Estado comenzó en el Ayuntamiento de París. Y tras el almuerzo con el Primer Ministro aconteció el segundo acto en el cual los Reyes de España fueron honrados con todo el ceremonial. Éste tuvo lugar en el hemiciclo de la Asamblea Nacional francesa, donde se permitió al Rey D. Felipe pronunciar un discurso desde la tribuna de oradores, tras el cual recibió un sentido aplauso por parte de todos los 577 diputados de la asamblea quienes se pusieron en pie. Solo dieciocho jefes de Estado y de Gobierno han disfrutado del honor de poder pronunciar un discurso en el hemiciclo parisino. D. Juan Carlos I, también disfrutó de este gran honor en el año 1993.
El tercer día de la visita de estado de los Reyes, comenzó con un desayuno de trabajo del Rey seguido de la clausura del Foro Económico Franco-Español. Finalmente nuestros soberanos visitaron el Instituto Cervantes antes de partir rumbo a Madrid.
No quiero cerrar estas líneas sin hacer una mención a S.M. la Reina Dña. Letizia, quien lució espléndida en la capital francesa y dejó el pabellón español en París, capital de la moda, muy alto. Como buena conocedora de las tendencias más fashion, no defraudó e hizo gala de sus estilismos más elegantes y chic, en la mayoría de las ocasiones luciendo diseños de su apreciado modisto de cabecera, Felipe Varela. Una reina en la cúspide junto a su esposo el Rey Felipe VI.
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