Las marcas llevan años pasándolo
muy mal en España, y la verdad es que esto está llegando a todos los sectores;
en alimentación, la cosa está muy pero que muy difícil para las conocidas como
«marcas de toda la vida», porque el componente precio es clave desde
que en septiembre 2008, la palabra «crisis» entrase a formar parte de
nuestras vidas, y ya no se fuese… De hecho, para que se vaya del todo, aún
quedan, en mi modesta opinión, casi dos años, así que, paciencia. En cosmética,
las marcas tradicionales están sufriendo lo suyo, y en textil, algo más de lo
mismo, aunque hay low – cost decente desde hace tiempo en España…
Lo que sucede es que, el formato
de marca blanca también está muy presente en la industria farmacéutica, y hay
que reconocer que España, en genéricos, es una potencia mundial. España tiene
empresas que fabrican medicamentos clásicos, como el ibuprofeno o el
paracetamol, a precios mucho mejores que los tradicionales
«Espidifen» o «»Gelocatil». A esto hay que añadir que
la Administración Pública española ha decidido, hace ya cuatro años, reducir el
coste sanitario recetando medicamentos genéricos, frente a las marcas
tradicionales. ¿Resultado? Los diez mayores productores de medicamentos
genéricos en España han incrementado sus ventas un 74% en los últimos cinco
años en España, mientras que los laboratorios «de marca»,
tradicionalmente con mayores ingresos, han visto como sus ventas caían un 26%.
¿Qué perspectivas tiene el sector
en España? Todo indica que esta tendencia al alza de los medicamentos genéricos
frente a los de marca seguirá, ya que, el Sistema Público de Salud, seguirá apostando
por los medicamentos más baratos, tratando de mantener el gasto sanitario bajo
control, a través del gasto farmacéutico. A esto hay que añadir que el consumidor
español se está acostumbrando al medicamento genérico, sobre todo en los
productos más cotidianos, excepto en el caso de la aspirina, marca que parece
aguantar cualquier envite, y ejemplo de creación de marca como hay pocos en el
mundo.
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