El fin del Imperio
Aunque lo pudiera parecer, este post no trata acerca de ninguna de las películas de Star Wars, y es una pena, porque, en ese caso, estaríamos hablando de ciencia ficción, simplemente. Lo que hoy vamos a tratar es el final del Imperio Británico. Dicen que los imperios tardan mucho en caer, y eso es verdad, y que son ellos mismos los que terminan consigo mismos, y en este caso, es una gran verdad. Personalmente, siempre he tenido mucho respeto al Reino Unido porque, con sus luces y sus sombras, al igual que ocurre con otras grandes naciones como España, ha aportado muchísimo al mundo. Gran Bretaña ha sido, desde el s. XVIII en que se constituyó con la unificación de las coronas inglesa y escocesa, un país que miraba al mundo, y no tanto a sí mismo. Ha sido un país con unas ganas enormes de influir en el mundo, en el contexto global, de aportar y de llevar la voz cantante, enfrentándose a otras grandes potencias para dejar clara su intención de liderar las políticas globales. De hecho, fue de los pocos países en Europa capaz de hacer frente, primero a Napoleón a principios del S. XIX y después a la Alemania de la I Guerra Mundial y a los nazis cuando se propusieron dominar el continente en los años 40, y lo hizo con un sacrificio enorme. La verdad es que tras la II Guerra Mundial, su influencia en el mundo decayó notablemente, aunque, siguió manteniendo una posición relevante, y mucho más cuando decidió incorporarse a la Unión Europa. Vivimos en un mundo globalizado, en el que ya no hay un único país llevando la voz cantante e imponiendo su política al resto del mundo, este es, sin duda uno de los grandes cambios que se han producido en el mundo desde finales del s. XX. Los países, las naciones y los pueblos sólo tienen hoy dos caminos, unirse a la globalización, pelear en este contexto y trabajar duro para pertenecer a ese grupo selecto que marcará el camino, compitiendo, aportando y trabajando, o, dar la espalda al mundo, y mirar hacia sí mismos, en lugar de más allá de sus fronteras. El día 23 de mayo de 2016 pasará a la historia del Reino Unido y de Europa, como el día en el que, una mayoría de británicos decidió que eso de influir en el mundo, eso de aportar a la sociedad global, eso de ser un país de los que lideren el nuevo orden mundial no es para ellos. Una mayoría de británicos ha decidido que lo suyo es quedarse en su isla, en la que se está muy a gusto, y en la que no quieren que entren «extraños». He tenido el placer de trabajar con personas de muchos países, India, EEUU, Reino Unido, Portugal, Italia, Francia, Bélgica, Colombia, Francia, Perú o México. Con pocos he trabajado tan bien como con los británicos. Con pocos me he sentido tan próximo desde un punto de vista económico o profesional como con los británicos. Soy español pero admiro muchísimo al Reino Unido por lo que ha sido, por lo que ha hecho, por los enormes hombres y mujeres que ha tenido, por su determinación, su capacidad de sacrificio, su deseo real de liderar el mundo. Pues bien, el día 23 de mayo de 2016, una mayoría de británicos ha votado, y con todo su derecho, que ese sacrificio de aquellos que les precedieron, esa determinación y esas ganas de que el Reino Unido sea algo grande en el mundo, ellos no las tienen. Es una decisión respetable, y desde luego respetada por este que escribe. Sin embargo, me veo en la obligación de explicar el impacto que esto va a tener en el medio y largo plazo en el Reino Unido y en lo que será, a partir de ahora, la Unión Europea:
* El Reino Unido aislado: habrá que ver cómo serán las relaciones a partir de ahora con el resto de Europa, pero, desde luego, el Reino Unido será un país que se quede aislado del resto del mundo, teniendo acceso a una economía mucho más pequeña, pero, insisto, mucho más pequeña. Su capacidad de influencia real en el mundo se verá francamente mermada, ya que, tendrá muchísima menos influencia que la tenía como uno de los miembros más relevantes de la Unión Europa. Su economía decrecerá, sus exportaciones caerán, y la libra esterlina perderá buena parte de su valor, y, sin duda, de su relevancia en el mundo. Londres seguirá siendo la segunda plaza financiera del mundo, pero con mucha menos distancia de la tercera, y a mucha más de la primera, Nueva York. En conclusión, Reino Unido será un país mucho menos importante para todo, a partir de ahora. Y lo peor de todo es que, según siga avanzando la Unión Europa, que seguirá avanzando hacia una integración total, y mayor sea la relevancia de China, menor será la importancia de Reino Unido en el contexto global.
* La Unión Europa es hoy más débil que ayer, pero, potencialmente más unida. Voy a tratar de explicar este punto con la mayor claridad posible. Ha llegado el momento de que aquellos países que quieran y puedan converger, lo hagan como no se ha hecho nunca hasta ahora. Ha llegado el momento de que se cree una Europa de tres grupos:
– Primer grupo: países como Francia, Alemania, Italia, España, Portugal, Polonia, Austria, Bélgica o Irlanda (se pueden incluir más, estos son sólo algunos ejemplos), deben dar un paso adelante y crear el embrión de lo que pueda acabar llamándose los Estados Unidos de Europa. Deben hacerlo porque son economías que lo pueden hacer, y porque es el deseo de estos países hacerlo. Será un reto enorme, pero este siglo XXI, en lo económico va a ser implacable, y son las economías grandes y bien gestionadas las que marcarán el camino y las que liderarán el mundo, que nadie se engañe.
– Segundo grupo: países como Suecia o Reino Unido, que no desean converger pero que, potencialmente, desean tener relaciones comerciales con esta nueva Unión Europea. Lógicamente, habría que ver los beneficios para la Unión Europea, pero podría y debería llegarse a un acuerdo.
– Tercer grupo: países como Rumanía o Grecia, que quieren converger, pero no pueden por el momento, tendrían igualmente tratamiento especial en este nueva Unión Europea.
Que nadie se engañe, a pesar de la situación en Europa, ha llegado el momento de, al menos, plantearse el siguiente salto, el de una nueva Unión Europa, con países que sí quieran pertenecer a ese grupo de naciones que desean aportar al mundo, que desean liderar los cambios que están por llegar en este siglo. Los países europeos tenemos sólo dos caminos, encerrarnos en nosotros mismos, o mirar al mundo. Me gustaría estar entre aquellos que buscan ser relevantes en el mundo.
Le deseo lo mejor al Reino Unido, se lo deseo de corazón porque es un país al que admiro por muchas cosas, les deseo lo mejor, pero me temo lo peor, ahora bien, el futuro lo han decidido ellos, nadie podrá quejarse.
Juan Aitor Lago Moneo
Director de Investigación de Constanza Business & Protocol School
Como se puede observar, las
diferencias son muy grandes entre los diferentes ejemplos comentados, y parece
no haber una regla fija en cuanto al coste de patrocinar un estadio. Sin embargo,
las variables por regla general, a considerar son las siguientes:
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