En febrero de 2016, nuestro Observatorio de Protocolo ha realizado el estudio «El gasto en joyería y relojes», en el que se analizan las principales tendencias de este sector, así como sus perspectivas a futuro. A continuación, destacamos las principales conclusiones de nuestro estudio:
Cada español gasta 17,97€ en joyería y 10,67€ en relojes al año. Los que más gastan en España en joyería son los baleares, catalanes, valencianos, madrileños y canarios con 19,94€, 19,33€, 19,31€, 19,05€ y 18,68€ respectivamente.
Los españoles que más gastan en relojes son los baleares, catalanes, valencianos, madrileños y canarios con 11,84€, 11,48€, 11,47€, 11,32€ y 11,10€ respectivamente.
Madrid, 23 de febrero de 2016. Los españoles gastan al año 834 millones de euros en joyería, suponiendo el 0,41% del gasto total mundial en este tipo de productos, y 495 millones de euros en relojes, suponiendo España el 1,42% del mercado global de relojes. Las cifras analizadas por el estudio de Constanza Business & Protocol School «El gasto en joyería y relojes», muestran que cada español gasta 17,97 euros en joyería y 10,67 euros en relojes.
Las Comunidades Autónomas en las que más se gasta en joyería son las más pobladas, Andalucía, Cataluña, Madrid y C. Valenciana, con unas cifras de gasto de 148, 144, 123 y 97 millones de euros, respectivamente. Las Comunidades con mayor gasto en relojes son también las más grandes en población, Andalucía, Cataluña, Madrid y C. Valenciana, con 88, 86, 73 y 57 millones de euros respectivamente. Los españoles que más gastan en joyería son los baleares, catalanes, valencianos, madrileños y canarios, con 19,94, 19,33, 19,31, 19,05 y 18,68 euros, respectivamente. Los españoles que más gastan en relojes son los baleares, catalanes, valencianos, madrileños y canarios con 11,84, 11,48, 11,47, 11,32 y 11,10 euros respectivamente.
En palabras de Mª de las Nieves Pérez Verdú, Profesora de Constanza Business & Protocol School, Directora de su Observatorio de Protocolo y del presente estudio, “el gasto en joyería en España ha decrecido entre 2010 y 2015 fruto sobre todo de la situación económica, si bien, observamos un ligero repunte entre 2014 y 2015, que hace prever una cierta recuperación de este sector».
PLANO INTERNACIONAL
Los países que más gastan en joyería en el mundo son Estados Unidos, China, India, Japón y Rusia con unas cifras de gasto de 55.601, 52.420, 19.692, 8.792 y 4.844 millones de euros respectivamente. Los países en los que más se gasta en relojes en el mundo son Japón, Estados Unidos, China, Reino Unido y Francia, con unas cifras de gasto de 5.764, 5.499, 3.441, 1.918 y 1.481 millones de euros respectivamente.
Los que más gastan en joyería en el mundo son los estadounidenses, australianos, coreanos, italianos y japoneses, con cifras de gasto por habitante de 173,08 euros, 135,79, 92,09, 73,75 y 69,38 euros, respectivamente. Los que más gastan en relojes en el mundo son los japoneses, británicos, franceses, holandeses y australianos, con cifras de gasto por habitante de 45,49, 29,53, 23,06, 22,65 y 19,84 euros respectivamente.
Según Juan Aitor Lago, Director del Departamento de Investigación e investigador del estudio, “todo parece indicar que el gasto en joyería, y también en relojes se va a recuperar, lentamente eso si, en los próximos años en España, si bien, los crecimientos más fuertes a nivel internacional se esperan en países emergentes como China, India o Brasil, aunque es pronto para saber cómo las negativas perspectivas económicas para estos países pueden afectar al sector de la joyería y de los relojes».
Mª de las Nieves Pérez Verdú
Directora del Observatorio de Protocolo de Constanza Business & Protocol School
Juan Aitor Lago Moneo
Director del Departamento de Investigación
Constanza Business & Protocol School
Muchos son los alumnos que me están haciendo esta pregunta estos últimos días, y lo cierto es que esto es algo que llevo preguntándome desde el año 2010. Hasta la fecha, varios han sido los países que han necesitado ayuda por parte de la Unión Europea, Grecia, Portugal, Irlanda y España, y de este grupo, sin duda irlandeses, portugueses y españoles, sufriendo, eso sí, estamos cumpliendo muy bien. El coste y el precio que hemos pagado por esta crisis, y por los errores que nos llevaron a ella, han sido altos, y los hemos pagado, sin rechistar y sufriendo, que para sufrir, también hay que valer.
Según escribo esta líneas, el día 28 de junio de 2015, puedo leer en la prensa económica, que mañana lunes, los bancos griegos, no van a abrir sus puertas. Pero, para poder responder a la pregunta que da título a estas líneas, antes, se hace necesario responder a otra ¿qué está pasando en Grecia? La situación es absolutamente insostenible, Grecia lleva deambulando como un zombi desde finales del año 2010, y lo cierto es que, por más dinero que se ha inyectado, y por más ayudas que ha recibido, sus respectivos gobiernos no han sido capaces de dar una solución. Veamos, de manera muy somera, la situación del país:
1.- Estamos hablando de un país con una población de casi 11.000.000 de personas.
2.- Su deuda pública en 2014 era del 177% sobre el PIB
3.- Tiene un PIB per cápita de 16.300€
4.- Carece de grandes multinacionales que le aseguren una buena entrada de divisas
5.- Carece de bancos internacionales
6.- Tasa de paro alrededor del 25%
7.- Su economía decreció sin parar desde 2008 hasta 2013.
En Grecia, el problema es que su Administración Pública no es capaz de pagar todo lo que debe, y las previsiones de crecimiento de su economía son tan modestas (por no decir pobres), que parece imposible que la recaudación de impuestos permita a las arcas públicas contar con «posibles» para pagar el enorme volumen de deuda que tienen (enorme en cuanto a lo que el país produce). Hasta aquí, el problema financiero del país.
A esto, hay que añadir un problema de enfoque, o de «mayoría de edad», como diría la Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. Los que me conocen saben que no tengo especial cariño ni apego al FMI, pero una cosa está clara, Grecia no ha caído al abismo porque la Unión Europea ha estado ahí para echar más que una mano. El nuevo enfoque de Grecia, y de su gobierno se basa en no estar dispuesto a llevar a cabo los ajustes que el país necesita realizar para que sea capaz de devolver el dinero que debe. La soberanía se demuestra y existe, en términos reales, cuando uno puede hacer lo que considera oportuno, y, para ello, debe ser económicamente independiente de los demás y nos guste o no, Grecia lleva sin ser independiente desde finales de 2010, cuando tuvo que pedir el rescate.
Grecia debería haber sido mucho más responsable, y no haberse endeudado hasta el nivel al que llegó (lo mismo podríamos decir de España, cuando en el año 2008, se negaba que hubiera una crisis y que hubiese que tomar ninguna medida a ese respecto, y aún hoy seguimos pagando esa irresponsabilidad), aunque también debería ser responsable ahora y entender que sólo hay dos caminos:
1.- El largo sufrimiento de unos ajustes durísimos, pero por desgracia necesarios, con todos los avales precisos por parte de la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional, y el Banco Central Europeo (si Grecia no ha sucumbido en las últimas horas ha sido gracias a Don Mario Draghi) .
2.- El abismo: esto es, una salida desordenada del euro, los bancos sin efectivo, y un sálvese quien pueda y que Grecia vuelva a una economía propia de postguerra.
Parece que la alternativa es el abismo. Y ahora es cuando, muy humildemente, voy a explicar lo que, en mi modesta opinión va a suceder en Grecia, y en el resto de la eurozona:
1.- Grecia sale del euro, y se queda sin el respaldo del Banco Central Europeo.
2.- Grecia vuelve al dracma, al que se da el valor que tiene en el mercado de divisas, lo que supone una devaluación, prácticamente inmediata de aproximadamente el 40%.
3.- Grecia hace default y el país, al completo, Administración Pública, empresas y particulares, se quedan sin acceso a mercados internacionales.
4.- Los bancos griegos se quedan sin liquidez y comienza el corralito griego, cuyo final nadie atisba a ver.
5.- Los empleados públicos griegos ven su salario reducido un 35% al menos, porque el gobierno no tiene con qué pagar.
6.- Debido a la devaluación del dracma, se dispara la inflación, no porque los griegos consuman, sino porque las importaciones se hacen carísimas (de hecho hay que pagarlas por adelantado porque nadie confía en la capacidad de pago de las empresas, gobierno y particulares griegos), y, sobre todo la energía, se pone por las nubes.
7.- Esta inflación hace creer al gobierno actual de Grecia que la solución es imprimir más dracmas para «enchufarlos» en los bancos, pagar pensiones y salarios a empleados públicos, lo que genera aún más inflación (si alguien no cree que esto ocurre que pregunte a cualquier alemán que ocurrió en su país en los años 30 del siglo pasado).
8.- Es demasiado caro comprar, y es demasiado caro producir, y el abastecimiento es cada vez más caro porque las importaciones se han vuelto carísimas, lo que supone que las empresas ven sus ingresos caer aún más, y hacen lo único que pueden hacer, recortar gastos, despidiendo personal, y lo hacen cada vez a mayor velocidad y volumen.
9.- El gobierno griego, sin comprender lo que está sucediendo, y totalmente desorientado, emite una ley por la cual despedir es prácticamente imposible, lo que supone que la tasa de paro se encuentre cerca del 40%, y el mercado negro se multiplique por tres.
10.- Ante este panorama, apenas hay consumo en el mercado regulado, las inversiones prácticamente han desaparecido, y el poco ahorro que se produce se realiza en los colchones de las casas, ya que nadie se fía ya de los bancos. Esto hace que los ingresos de la Administración Pública sean cada vez menores, lo que lleva al gobierno griego, que sigue sin saber lo que está ocurriendo, a subir impuestos, sobre todo, IRPF, sociedades e IVA, y, por supuesto, crean un impuesto especial a los ricos del 80%. Esto último tiene muy poco impacto sobre las clases pudientes de Grecia, que, a estas alturas (me refiero a hoy, domingo 28/06/2015), ya tienen su dinero fuera del país.
Todo se decide esta semana, el futuro de Grecia está en juego, y la eurozona se verá, sin duda, severamente afectada. Tanto Irlanda, como Italia, Portugal y España verán subir sus primas de riesgo, y la bolsas sufrirán caídas, que no serán pequeñas. ¿Aguantará la eurozona? Creo que sí, serán unas semanas duras, sobre todo la primera. De lo que no estoy tan seguro es de si Grecia aguantará. A veces me pregunto ¿qué pensaría Pericles de todo esto?
Juan Aitor Lago Moneo
Director del Departamento de Investigación
Constanza Business & Protocol School
El servicio de estudios de BBVA considera que la economía española podría crecer por encima del 3% este año 2015. La verdad es que 2015 está siendo un buen año en lo que se refiere a información económica, sobre todo a nivel macro. ¿Es posible que España vuelva a crecer a ritmos previos a la crisis? Si, desde luego que sí. No son pocos los que han dicho estos últimos años que España nunca volvería a crecer como lo hizo entre los años 2000 y 2007, y, si bien he pasado mucho miedo con lo que podría ocurrir, sobre todo en los años 2008, 2009 y 2010, siempre he pensado que la economía española podía recuperar la senda del crecimiento. Del mismo modo, también pienso que esta crisis que dejamos atrás, no será la única que viviremos.
Cuando estudiaba Teoría Económica en la Universidad, a finales de los años 90 y principios de los 2000, me enseñaron que los ciclos económicos, son entre otras cosas, cíclicos, y que no había periodo de crecimiento sin periodo de recesión, ni crisis económica sin solución. Lo cierto es que, en el año 2005, al igual que muchos, empecé a creer que el nuevo siglo había traído un nuevo modelo económico, según el cual, era posible periodos de crecimiento y prosperidad, prácticamente ilimitados. En el año 2007 aprendí que, como bien me habían enseñado en las aulas, las ciclos económicos se suceden, y a uno expansivo y de crecimiento, le seguiría uno de decrecimiento.
A comienzos de esta crisis, en julio de 2007 (a pesar de lo que muchos dijeron en enero y febrero de 2008, esta crisis comenzó en julio de 2007, con la crisis de las hipotecas subprime en EEUU), pensé que esta crisis sería tan dura y tan larga como la gran depresión que comenzara en 1929 y que no terminó hasta 1939, y que fue, al menos en cierto modo, responsable de lo sucedido en Europa en la década de los años 40 del pasado siglo. Me convencí de ello cuando, en septiembre de 2008, Lehman Brothers quebró, y me di cuenta de que si en su día cayó el Imperio Romano, como no podían caer bancos, de la categoría de Citi, donde trabajé 6 años y al que sigo guardando un enorme cariño, que, por cierto, al igual que la práctica totalidad del sistema financiero norteamericano, tuvo que ser rescatado por la Reserva Federal, el Banco Central de EEUU.
Durante todos estos años de crisis, he pensado que los emergentes, sobre todo los BRIC sufrirían, sobre todo a partir de abril de 2017, y que sería entonces cuando volvería la confianza a EEUU y la Unión Europea, y con ella, un flujo de dinero que haría posible la recuperación. Desde el año 2010, estoy convencido de que hay una burbuja inmobiliaria en Brasil y en China, que terminaría por explotar, irremediablemente, tres trimestres después de finalizar los Juegos Olímpicos en 2016. También pensaba, en el año 2009, que a pesar de todo, la tasa de desempleo en España llegaría, como mucho, al 20%.
Lo sucedido con el mercado de divisas, la recuperación inapelable de la economía estadounidense, las caídas de precios en el mercado de materias primas, y la desaceleración de economías como Brasil, Rusia o China, y las tasas de paro en España, me han hecho ver que me equivocaba. La Unión Europea ya no es un problema para nadie, ni lo es el euro, ni los mercados financieros encuentran rentabilidades en la especulación en estos mercados, y parece que los principales mercados emergentes comienzan a dar síntomas de fatiga. En otras palabras, se están desinflando. Esto me hace ver que lo que yo creía que ocurriría en el tercer trimestre de 2017, sucederá antes. La economía brasileña, con todos mis respetos, llegará como buenamente pueda hasta los Juegos Olímpicos de 2016, y al igual que sucediera en la España de 1992, aguantará un poco más, pero no mucho más, quizá un trimestre, y, como mucho, sobrevivirá hasta 2017 gracias a la Navidad y al consumo de los brasileños. Una vez Brasil sufra, y estalle su burbuja inmobiliaria, a China le ocurrirá lo mismo, aunque, como es lógico, sus autoridades financieras se lanzaran a comunicar que son dos mercados con muy pocas semejanzas, y, aunque tengan toda la razón en esto, para cuando hagan este comunicado, la crisis inmobiliaria, habrá comenzado también en este país.
¿Qué pasará mientras en España? 2015 terminará con muy buenas cifras, sin duda, si bien, desde Constanza Business & Protocol School no creemos que sean tan buenas, lo más probable es que el crecimiento de la economía española se queda este año en el 2,8%, que es una cifra enorme teniendo en cuenta de donde viene la economía española. ¿Cuánto tardará el mercado de trabajo en recuperarse, en España? Llevará unos años, seguramente volvamos a niveles previos a la crisis en el año 2018 o 2019, y es que, el país necesitará crecer entre el 2,5% y el 3% de manera anual durante al menos tres ejercicios seguidos para bajar de una tasa de paro del 14%, lo que supone que, a efectos prácticos, en el año 2020, la economía española debería ser una locomotora funcionando a todo gas, con todas las ineficiencias que eso genera, tal y como hemos aprendido con lo sucedido entre los años 1997 y 2007. Podemos concluir por tanto que las cifras mostradas por BBVA Research son enormemente esperanzadoras, en primer lugar porque son estimaciones realizadas por una entidad de primer orden, con profesionales que saben bien de lo que hablan, y en segundo lugar, porque muestra una clara tendencia al crecimiento, al menos en el corto plazo.
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