Tanto se ha escrito acerca de Dña.
Sofía, Reina consorte de España, que no mucho más se puede añadir a su
biografía oficial; sin embargo, vamos a intentar desvelar algunas curiosidades
menos conocidas. Esposa, compañera, madre, abuela, y ante todo Reina, nuestra
querida Dña. Sofía, cumple hoy, 2 de noviembre, 75 años. Su vida, y su papel de
consorte al frente de una institución fundamental para los españoles, como es
la corona, ya forman parte de la historia.
De origen griego, nació en el
Palacio de Tatoi en Atenas en el año 1938. Sus padres, los entonces Príncipes Pablo
de Grecia y Federica de Hannover, tenían pensado ponerle de nombre Olga. Se
anunció su nacimiento mediante el repicar de las campanas del palacio, y ante su
llamada el pueblo griego acudió a las puertas del mismo coreando “Sofía, Sofía”
de manera incesante. Ante la petición de su pueblo, y casi a manera de presagio
de lo que en un futuro sería su labor de servir a sus gentes, finalmente adoptó
este nombre.
En su árbol genealógico se cuentan dos
emperadores germanos, ocho reyes de Dinamarca, cinco reyes de Suecia, siete
zares de Rusia, un rey y una reina de Noruega, una reina de Inglaterra y cinco reyes
de Grecia. Impecable ascendencia para quien ha sabido desempeñar de manera
exquisita su labor al frente de la corona española.
Parte de su niñez la vivió en el
exilio junto a sus padres y sus dos hermanos: El entonces príncipe Constantino,
posterior Rey Constantino II de Grecia, y su hermana e inseparable compañera,
la princesa Irene, princesa, al igual que lo fueron sus hermanos, de Grecia y
Dinamarca por provenir de la casa Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg.
Como si de la novela de Fernando de
Rojas se tratase, su madre, la ya Reina Federica, actuó de celestina
organizando un crucero en el año 1954 para que todos los príncipes y princesas
reales de Europa se conocieran. Fue en esta travesía donde conoció al entonces
Príncipe Juan Carlos de España. Ambos contaban 15 y 16 años de edad
respectivamente.
Apenas tres encuentros más, desembocaron en un noviazgo que
comenzó en la isla griega de Corfú y en la boda que se celebraría en Atenas
bajo dos ritos, el católico (en la catedral católica de San Dionisio
Aeropagita) y el ortodoxo (en la catedral metropolitana de la Anunciación de
Santa María), el 14 de mayo de 1962. La pedida de mano del Príncipe Juan Carlos
fue especialmente original, ya que la propia reina reconoció que le lanzó la
alianza de compromiso con un “cógelo, Sofi”. Y al igual que le ocurriría a su
hija la Infanta Dña. Elena el día de sus esponsales con D. Jaime de Marichalar,
antes del “Sí, quiero” (Ne Theló), olvidó pedir consentimiento a su padre, y
rompió a llorar.
Su boda, fue aprobada por todas las
casas reales europeas, así como por Franco, quien no estuvo presente en la
misma pero mandó una representación militar al evento. Siguiendo la costumbre
de la época, el menú nupcial se escribió en francés, y consistió en un entrante
de cócktail de langosta, seguido de suprema de ave a la manera del chef,
verduras, foie-gras a la gelée, ensalada, helado de moka y frutas.
El resto de su historia, ya es de
todos conocida: su llegada a España junto al Príncipe Juan Carlos instalándose en
el Palacio de la Zarzuela, el nacimiento de sus tres hijos, la Infanta Dña.
Elena, la Infanta Dña. Cristina y el Príncipe D. Felipe. Su ascensión a reina
consorte de España el 22 de noviembre de 1975 y su trayectoria al lado de su
marido representando a la corona española.
Una vida ejemplar, para una figura
especialmente apreciada y querida por todos los españoles. Desde Constanza
Business & Protocol School deseamos a S.M. un muy feliz cumpleaños.
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