El precio de un Brexit duro

Muy difícil lo están poniendo las autoridades británicas para que el Reino Unido tenga una salida ordenada y bien hecha de la Unión Europea. Lo cierto es que la irresponsabilidad comenzó hace ya años con el referéndum sobre la independencia de Escocia, absolutamente innecesario, pero que, no salió del todo mal, y animó al ex Primer Ministro británico a lanzarse al segundo referéndum, sobre la permanencia en la Unión Europea, que salió del todo mal, este sí, y que puede tener unas consecuencias peores de lo que los británicos piensan. Para empezar, en clave nacional, más de un escocés que votó a favor de permanecer en el Reino Unido, está deseando un nuevo referéndum porque si el Reino Unido no está en la Unión Europea, quizá no sea una opción tan interesante. Hay que tener en cuenta que el motivo principal por el que tanto Escocia como Inglaterra tienen un mismo rey es porque Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra unificó bajo su persona ambas monarquías en el año 1603, y a raíz de esa unión dinástica, pudo producirse la unificación de ambos reinos (que eran Estados totalmente independientes) y la creación, en 1703, del Reino Unido. Es muy relevante explicar que este rey era escocés, no inglés, por lo que, se podría decir que la iniciativa de la unificación procedió de Escocia. De hecho, como nota histórica, me gustaría recordar que el Rey Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra intentó crear una unión aduanera entre Escocia e Inglaterra, unión aprobada por el parlamente escocés, en el año 1604, pero que no pudo realizarse hasta un siglo después debido a la negativa del parlamento inglés. Esto supone que la visión escocesa es de apertura, motivo por el que un 60% de los escoceses votaron permanecer en la Unión Europea. Lógicamente, una visión mucho más cerrada, como la que muestra buena parte del ejecutivo británico, no se está viendo con buenos ojos más allá del muro de Adriano.

Sea como fuere, el precio de un brexit duro, va más allá de temas nacionales, que pueden ser de gran calado para uno de los países más importantes del mundo y que fue primera potencia mundial durante el siglo XIX y principios del XX. Vamos a analizar dos factores desde el punto de vista económico:

* Transacciones comerciales entre el Reino Unido y sus todavía socios de la Unión Europea: si finalmente se opta por un brexit duro, todas estas transacciones se encarecerán. No sólo los británicos tendrán más dificultades para exportar, ya que sus productos y servicios tendrán que pagar aranceles, además, las importaciones también les saldrán más caras, lo que perjudica seriamente a los países que exportan al Reino Unido. Pensemos por un momento en las cantidades ingentes de frutas, verduras, hortalizas, vino, aceite y otros productos, como textil o cosmética, que las empresas españolas son capaces hoy de colocar en el Reino Unido, sin fronteras, y las dificultades que tendrán cuando estas vuelvan a existir. El impacto, negativo, será mucho mayor del que las autoridades británicas han llegado a calcular, para todos, pero también para los británicos.

* Banca: aquí está el meollo del asunto, el problema principal para Londres en concreto y para la economía británica en general. Uno de los motivos principales por los que Londres es uno de los mayores hubs financieros, es su acceso al mercado de capitales de la Unión Europea. Fuera de la Unión, los bancos ubicados en Londres ya no tendrán acceso a este mercado, y los nervios, según apuntó este fin de semana Anthony Browne, responsable de la Asociación de Banqueros Británicos, han llegado ya a la City londinense. Los bancos más pequeños planean salir de la City este año, antes de Navidad y los más grandes, durante 2017, antes de Semana Santa. De ser esto cierto, según cálculos de los propios británicos, podrían salir de la City hasta 70.000 personas, de los mejores perfiles y con unos sueldos envidiables. La potencial pérdida económica para el Reino Unido es evidente, desde todos los puntos de vista, en la calidad de su mano de obra (por cierto, muchos de estos no son británicos), pero también en relevancia a nivel mundial.

Esto nos lleva de nuevo a Escocia. La creación del Reino Unido tuvo como principal objetivo la creación de un país, unificado, más fuerte de lo que serían las naciones que lo crearon por separado. El problema que tienen ahora las autoridades británicas, comandadas por los tres brexiteers es explicar, a todos los británicos, y a los escoceses en particular, cómo va a ser el Reino Unido un país más fuerte si es más débil en lo económico y menos relevante en el marco internacional. La cuadratura del círculo suele ser un proyecto que entraña grandes dificultades.

Juan Aitor Lago Moneo
Director de Investigación de Constanza Business & Protocol School

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